El equipo Cuba de béisbol Sub-15 se coronó campeón de la II Copa del Caribe, tras una emocionante final contra Bahamas, en el estadio André Rodgers de Nassau. En un duelo marcado por la intensidad y el talento, los cubanos se impusieron 1-0, arrebatando el invicto a los locales y llevándose la medalla de oro.
El partido fue un duelo de lanzadores. Por Cuba, el zurdo Carlos Sarduy protagonizó una actuación sobresaliente. En seis episodios completos, Sarduy permitió solo un imparable, enfrentó a 19 bateadores, ponchó a 12 y apenas regaló dos boletos, demostrando un dominio absoluto desde el montículo. Por su parte, el abridor de Bahamas, Colton Cubbage, mantuvo a raya a los cubanos durante gran parte del juego, permitiendo pocas libertades en sus seis entradas de labor.
La única carrera del encuentro llegó en la parte alta del quinto inning. Con dos outs en la pizarra, el jardinero izquierdo Marcos del Toro conectó un infield hit y más tarde fue impulsado por un doblete del camarero Damián de Jesús Díaz, quien ocupaba el noveno puesto en la alineación. Este batazo se convirtió en el momento decisivo que aseguró la victoria para los antillanos.
En la parte baja del séptimo inning, la situación se tornó tensa cuando Cristian Aguilera, quien había subido al montículo como relevista, permitió un hit y regaló un boleto, dejando a dos corredores en base. Fue entonces cuando el manager Walmer Urrutia decidió sustituirlo por Javier Rolando Roque. Este último asumió la responsabilidad con aplomo, retirando a los tres bateadores que enfrentó y cerrando el juego con un ponche que aseguró el salvamento. La escena final, con dos corredores en posición anotadora, elevó la emoción al máximo, pero el relevo de Roque fue impecable.
Este resultado no solo aseguró la medalla de oro para Cuba, sino que también subrayó la fortaleza y resiliencia del equipo en un torneo donde se enfrentaron a retos significativos, incluyendo una derrota previa ante Bahamas con marcador de 10-8. Los locales, que habían llegado invictos a la final, se quedaron con la medalla de plata.
La victoria en la II Copa del Caribe Sub-15 es un logro significativo para el béisbol cubano, destacando el talento joven y el trabajo colectivo del equipo. Jugadores como Carlos Sarduy y Damián de Jesús Díaz dejaron una huella imborrable con sus actuaciones destacadas, mientras que el manejo estratégico de Walmer Urrutia fue crucial en momentos clave del torneo.
Este triunfo reafirma la calidad del béisbol cubano en categorías juveniles y brinda esperanza para el futuro de este deporte en la isla, con jóvenes promesas que ya demuestran su potencial en escenarios internacionales.