Yuli Gurriel, uno de los jugadores cubanos más reconocidos de las últimas décadas, sigue siendo un referente por su experiencia y aportes en el terreno, aunque su valor en el mercado de Grandes Ligas ha disminuido considerablemente debido a factores como la edad y las oportunidades limitadas que ha tenido recientemente. A sus 39 años, el inicialista ha demostrado que, pese a estar en la recta final de su carrera, conserva habilidades que pueden ser útiles para un equipo que busque un veterano con mentalidad ganadora y la capacidad de contribuir en roles específicos.
Desde su llegada a las Grandes Ligas en 2016 con los Astros de Houston, Gurriel dejó claro que era un jugador de impacto. Con Houston, se estableció como un bateador consistente y pieza clave en la alineación durante varias temporadas. Su mejor momento llegó en 2021, cuando ganó el título de bateo de la Liga Americana con un promedio de .319 y obtuvo el Guante de Oro como primera base. Además, su contribución fue decisiva para los Astros en su conquista de dos Series Mundiales, en 2017 y 2022, consolidándose como un líder dentro del equipo. Sin embargo, su rendimiento ha sido más irregular en años recientes, y esto, sumado a su edad, ha reducido significativamente el interés de los equipos por sus servicios.
En 2023, Gurriel firmó un contrato de ligas menores con los Marlins de Miami, lo que le permitió mantenerse activo en las Grandes Ligas, aunque en un rol limitado. Durante esa campaña, mostró destellos de su calidad, pero no logró recuperar el nivel que lo llevó a ser una figura destacada en Houston. Su participación se centró mayormente en un papel secundario, alternando en la primera base y como bateador emergente, roles que, si bien no son los más destacados, tienen valor para equipos que necesiten profundidad en su roster.
De cara a 2025, el valor de mercado de Gurriel está claramente limitado, y cualquier contrato que consiga probablemente estará muy cerca del salario mínimo establecido en las Grandes Ligas, que actualmente ronda los 720,000 dólares anuales. Esto no solo se debe a su edad, sino también a la percepción de que sus mejores años quedaron atrás. No obstante, su experiencia en postemporada y su capacidad para desempeñarse bajo presión podrían ser factores atractivos para equipos jóvenes que necesiten un mentor en el clubhouse o para organizaciones que busquen profundidad en su banco.
Es importante destacar que, pese a la disminución de su rendimiento ofensivo, Gurriel sigue siendo un defensor confiable en la primera base y puede aportar en situaciones puntuales. Su inteligencia para el juego, su disciplina y su disposición para asumir cualquier rol lo convierten en una opción de bajo riesgo para equipos con presupuestos ajustados o que busquen añadir veteranía sin comprometer demasiado espacio en su nómina.