El béisbol cubano vivió otro escándalo significativo en la Serie Provincial de La Habana, el 9 de diciembre, cuando el equipo de Marianao abandonó a su directora técnica, Annie Fonseca, en medio de la competencia. La situación culminó en un bochornoso forfeit, ya que solo ocho jugadores del equipo se presentaron para disputar el partido, lejos del mínimo requerido. Este evento, reportado por la página de Facebook «Por la Goma», ha generado una intensa polémica y puesto en evidencia las tensiones internas y culturales en el deporte cubano.
Annie Fonseca, quien hizo historia al ser la primera mujer en dirigir un equipo masculino en la Serie Provincial, enfrentó la falta de apoyo de sus propios jugadores. Según el reporte, la mala racha del equipo, con siete derrotas consecutivas y sin victorias, contribuyó al descontento entre los jugadores, quienes utilizaron la duda sobre su liderazgo como pretexto para cortar lazos con ella. Este hecho ha sido descrito como un acto de falta de respeto que fracturó por completo las relaciones dentro del equipo y dejó en evidencia profundas divisiones.
El abandono del equipo de Marianao no solo representó una falta de profesionalismo, sino también un precedente preocupante para futuros eventos. Este incidente subraya la necesidad de revisar las dinámicas de liderazgo en el deporte cubano y combatir actitudes machistas, señaladas como una de las razones detrás del boicot contra Fonseca. Según el análisis de «Por la Goma», el machismo y la resistencia a aceptar a una mujer en un puesto de autoridad fueron factores clave que contribuyeron al conflicto.
El inicio de la Serie Provincial había sido una plataforma para destacar la inclusión y el progreso que representaba tener a Fonseca en un rol tan importante. Sin embargo, lo que inicialmente fue celebrado como un logro histórico se convirtió en una experiencia amarga para la directora técnica. Este desenlace revela que, aunque se pueden dar pasos hacia la inclusión y equidad, aún existen resistencias culturales que dificultan la consolidación de estos avances.
El caso de Marianao ha generado un intenso debate en las redes sociales y en el ámbito deportivo cubano. Muchos cuestionan no solo la falta de profesionalismo de los jugadores, sino también la estructura del torneo y las medidas que deberían implementarse para evitar que algo similar vuelva a ocurrir. Este incidente sirve como un llamado de atención para que las autoridades del béisbol cubano trabajen en la promoción de valores como el respeto y la igualdad dentro del deporte.
El futuro del equipo de Marianao y de Annie Fonseca en el torneo sigue siendo incierto, pero este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de un cambio profundo en las actitudes y estructuras que rigen el deporte en Cuba. Solo con una reflexión seria y un compromiso colectivo se podrá evitar que este tipo de eventos sigan manchando la imagen del béisbol cubano.