El 18 de octubre de 2024, el joven cubano Andy Pages tuvo un día que no solo marcaría su carrera, sino que también resonaría en la historia del béisbol. En el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, los Los Angeles Dodgers se enfrentaron a los New York Mets en el icónico Citi Field. A pesar de la derrota de su equipo, 12-6, Pages brilló con luz propia, despachando sus primeros jonrones en la postemporada de las Grandes Ligas, convirtiéndose en el primer novato cubano en lograr un juego de múltiples cuadrangulares en playoffs.
Pages llegó al encuentro con la presión sobre sus hombros. Después de un inicio titubeante en la serie, con un promedio de solo .100, el jardinero central de los Dodgers estaba decidido a cambiar la narrativa. Bajo la dirección de su manager, Dave Roberts, Pages ocupó el noveno lugar en el orden al bate, una posición estratégica que le permitió mantener la calma y enfocarse en su enfoque ofensivo.
Desde el primer inning, los Mets tomaron la delantera con tres carreras, lo que presionó aún más a los Dodgers. Sin embargo, Andy no se dejó intimidar. En su segundo turno al bate, con un corredor en base y dos outs, se enfrentó al abridor David Peterson. Con el conteo en 2-0, Peterson lanzó un sinker de 92 mph, un lanzamiento que Pages conectó perfectamente. La pelota voló hacia el jardín central, y aunque no anotó en esa jugada, su sencillo marcó el comienzo de una jornada que prometía ser memorable.
Fue en el cuarto episodio donde comenzó realmente a mostrar su potencial. Con el marcador 8-1 en favor de los Mets, Pages volvió a enfrentar a Peterson. Con un out, el cubano se plantó en el plato y, con la confianza que había estado acumulando, conectó un enorme jonrón que se fue volando entre el jardín izquierdo y central. Este batazo no solo fue un alivio para él, sino que también encendió la chispa de su equipo, sumando una carrera más al marcador.
No conforme con un solo cuadrangular, Pages regresó a la caja de bateo en el siguiente capítulo con un nuevo pitcher, Reed Garrett, en la lomita. Con dos corredores en base y el conteo en una bola y un strike, Pages volvió a demostrar su poder. Conectó un cutter de 91 mph que se convirtió en otro jonrón, esta vez con una distancia de aproximadamente 376 pies. Este segundo batazo no solo hizo que el estadio retumbara, sino que también le dio a Pages un total de cuatro carreras impulsadas en el juego, consolidando su papel como el héroe ofensivo de los Dodgers esa noche.
Al final del juego, Andy Pages se marchó con una línea ofensiva destacada: 4-3, con dos jonrones, un sencillo, tres anotadas y cuatro impulsadas, y un promedio que se elevó a .286, con un impresionante OPS de 1.047. Su actuación fue un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la grandeza a menudo se forja en momentos de presión.
Además, la hazaña de Pages no solo fue un hito personal, sino que también lo colocó en los libros de historia como el primer novato cubano en alcanzar un juego de múltiples jonrones en la postemporada. Con esto, Pages no solo ha capturado la atención de los aficionados, sino que también ha establecido un nuevo estándar para los futuros jugadores cubanos en las Grandes Ligas.