En la noche del 18 de octubre, el cubano Andy Pages se convirtió en el protagonista de una actuación memorable en el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (NLCS), a pesar de que su equipo, los Los Angeles Dodgers, cayera ante los New York Mets con un marcador de 12-6 en el Citi Field. Pages, quien antes del juego se encontraba en un momento difícil con un promedio de solo .100 en la serie, salió al campo decidido a demostrar su valía. Con un desempeño espectacular de 4-3, incluyendo dos jonrones, tres carreras anotadas y cuatro impulsadas, el joven pelotero logró encender su talento en una noche que quedará grabada en su memoria.
Desde el principio del partido, Pages mostró su intención de contribuir al equipo. En su primer turno al bate, conectó un sencillo que resultó clave para abrir el marcador para los Dodgers en la segunda entrada. Esta primera carrera fue solo el comienzo de lo que se convertiría en una noche explosiva para el cubano. La presión de la postemporada no pareció afectarlo, y su capacidad de respuesta fue evidente en el siguiente inning.
Al enfrentar al abridor de los Mets, David Paterson, Pages se mostró decidido. En el tercer inning, conectó un majestuoso jonrón que se fue volando a 418 pies por el jardín izquierdo-central. El lanzamiento, una sinker de 91 mph, fue golpeado con una velocidad de salida de 107.2 mph y un ángulo de 27 grados. Este impresionante batazo no solo destacó su habilidad para batear, sino que también sentó un precedente para su actuación durante la noche. Tras completar la vuelta al cuadro, el receptor de los Mets, Francisco Álvarez, le lanzó algunas palabras, posiblemente buscando intimidarlo. Pero la respuesta de Pages fue clara y contundente: un «Cállate» que resonó en el estadio. Al caminar hacia el dugout, hizo una señal de silencio con su dedo en los labios, reafirmando su confianza en el momento y desafiando cualquier intento de desestabilizarlo.
Pero la noche no terminó ahí. En su siguiente turno, Pages volvió a demostrar su calidad. Repitió la hazaña al desaparecer nuevamente la pelota por el mismo jardín izquierdo-central, esta vez con un batazo que recorrió 376 pies y alcanzó una velocidad de salida de 102.5 mph. Cada uno de sus jonrones no solo fue un espectáculo en sí mismo, sino también un símbolo de su resistencia y su capacidad para manejar la presión en el escenario más grande del béisbol.
Con estos dos jonrones, Pages se convirtió en el jugador cubano más joven en lograr un juego de múltiples jonrones en la postemporada, logrando esta hazaña a la edad de 23 años y 315 días. Superó a la leyenda Yordan Álvarez, quien poseía el récord anterior a los 26 años y 102 días. Este logro no solo solidifica el lugar de Pages en la historia del béisbol cubano, sino que también subraya su potencial como un futuro estelar en las Grandes Ligas.